Qué difícil la vuelta a la rutina, el despertador, las prisas, los horarios, los plazos... lo mejor de mi día es cuando llego a casa por la noche después de una, intensa, sesión de gimnasio, bueno, creo que intensa para mí pero irrisoria para cualquier ser humano con un poco de forma física, no os voy a engañar... bueno, que pierdo el hilo, llego del gimnasio, me ducho, ceno y al fin, cojo el libro que me esté leyendo en ese momento.
Los libros siempre me han servido de escudo, cuando no me gusta la realidad que estoy viviendo, me transporto a otra gracias a ellos, y realmente, da igual el género del que sean, todos me atrapan y me hacen vivir aventuras sin despeinarme.
Es una pena esa gente que se aburre leyendo, que no tengan esa imaginación, creatividad, ganas... ganas de vivir historias de amor verdaderas, o no tan verdaderas, historias que arrancan carcajadas y lágrimas... esas frases que te retumban en la mente y te hacen reflexionar...
Si pudiera daros un consejo, sería que os dejarais llevar por la magia de los libros, que paséis el tiempo de lleno en sus palabras... Lo mejor está por llegar, así que esperemos enriqueciéndonos con la lectura.
Un saludo a todo aquel que quiera darse por saludado.
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