miércoles, 13 de mayo de 2015

Esa estúpida manía

    Tengo la estúpida manía de callarme, de silenciar mis emociones, mis disgustos, mis desacuerdos... me callo cuando voy al bar y me traen una Pepsi en lugar de una Coca-Cola, me callo cuando mi jefe no hace lo acordado, me callo cuando sufro alguna injusticia e incluso me callo cuando me pasa algo bueno...
 
    Esa manía de no mostrar más de lo permitido, de no enseñar mis puntos débiles, ¡ Porque no quiero ser vulnerable ante nada ni nadie! Quiero parecer la eterna sonrisa feliz...
 
   No me permito sufrir más de la cuenta, soy una firme resiliente, pero tampoco me permito ser más feliz de la cuenta, no sea que gafe la situación, más todavía...
 
   Pero lo que más me fastidia, es que esa estúpida manía de callarme no me deja decirte que me haces daño, que no entiendo por qué teniéndolo todo a nuestro favor tú te fuiste a vivir a saber qué aventuras sin mí, que me sigue doliendo que desaparezcas de mi vida, pero que me duele más que aparezcas para volverte a ir, que no entenderé nunca el porqué de tu cobardía, que si soy la mujer de tu vida, según tú, cómo puedes alejarme de ti para protegerme... ¿Protegerme de qué exactamente? No soy una princesa desvalida que necesita ser salvada, no... soy una princesa que se saca las castañas del fuego y que puede hacerte frente a ti y a todo lo que se interponga en mi camino...
 
   Pero lo peor de esta estúpida manía es que tampoco soy capaz de decirte que aún pienso en ti, aunque mis mensajes sean fríos y escasos, que me ha tocado ser fuerte porque no puedo estancarme en el pasado y por eso no sabes nada de mí, y por eso me escribes reprochando mi desaparición... Pero esta situación la provocaste tú y por más que quiera enfadarme, me desarmas...
 
   Pero esa estúpida manía de callarme, hará que jamás sepas la verdad.